Uno de los desafíos del realizador es su elección narrativa. Cómo trabajar, manipular el espacio y tiempo en función de la historia a desarrollar: no siempre la elección narrativa es coherente con el modelo pre establecido. Algunos prefieren apartarse e indagar en nuevas formas de relato, alternativas a un modelo “agotado” por la simple explotación sistemática. No obstante, ésta búsqueda por nuevos horizontes narrativos acarrea una condición inexorable: conocer los elementos fundamentales de la narración. A veces esta indagación se convierte en estilo e identifica personalmente al realizador.
Wim Wenders en Der Amerikanische Freund (El Amigo Americano, 1977) conoce los elementos con los que trabaja: son los del policial norteamericano, uno de los géneros más sólidos y definidos en tal cinematografía. Pero su elección no solamente sirve para recrear las reglas básicas del policial, sino que le brinda la oportunidad de hacerlo bajo su impronta personal (autoral). Y gracias a su mirada, nos devela un mundo de personajes melancólicos, los cuales se mueven por la vida en busca de su propia identidad. De la misma manera que Wenders busca su identidad como realizador, consiente de sus influencias y obsesiones personales. Wim explora la realidad de sus personajes y logra redefinir una historia que en manos de otro realizador podría haber sido un rutinario policial, y la convierte en algo inusual. Film Policial, Film de Autor o ambas cosas, lo cierto es que el imaginario de Wim Wenders atrae por la multiplicidad de interpretaciones que pueden tener sus filmes, los cuales reiteradas veces plantean en su confección la problemática de la narración, la disyuntiva generada frente al desafío que implica hacer cine narrativo y personal. Un cine en búsqueda continua, un cine en búsqueda infinita.
Algunos de sus films:
El Amigo Americano (Der Amerikanische Freund, 1977)
El Estado De Las Cosas (Der Stand Der Inge, 1982)
Paris, Texas (Paris, Texas, 1984)